Derecho de familia

El Departamento de Derecho de la Familia nació de modo muy natural, a través de los esfuerzos, la experiencia y el entusiasmo de sus miembros: Flavia Barbur y Teodora Rusu.

Empezamos con expedientes de divorcio, liquidación de la sociedad conyugal y regímenes de visita de los menores, acogiéndonos al Código de la familia.

Después de la entrada en vigor del Código civil actual, tuvimos que repensar las acciones en justicia, desde las pretensiones formuladas hasta la motivación. Aparecieron muchas instituciones nuevas y, en cierta medida, la práctica judicial de nuestro país arrancó desde cero. La patria potestad o la residencia alternativa eran unas nociones recientemente integradas en nuestra práctica siendo además bastante abstractas, de modo que tuvimos que estudiar la práctica judicial y la doctrina de otros países, especialmente de los que sirvieron de inspiración a nuestro legislador.

Simultáneamente, empezó a cristalizarse también la legislación referente a la emisión de las órdenes de protección y alejamiento.

Además, hemos entendido que para nuestros clientes no es suficiente redactar sus demandas en justicia y asistirlos o representarlos en las vistas orales, sino que también necesitan asesoramiento pre y post divorcio. Por lo demás, este asesoramiento lo consideramos necesario también en el caso de otros litigios de derecho de la familia.

Nuestros clientes están informados, desde la primera hora de asesoría, qué es lo que supone un litigio ante los tribunales, cómo se desempeña, cuál es su duración y qué pruebas son necesarias. Asimismo, les informamos también en relación con las modalidades de resolución amistosa de cualquier conflicto de derecho de la familia.

Entendemos que a veces necesitan tiempo para tomar la decisión de dirigirse a los juzgados, sobre todo si el litigio implica a un niño menor y queremos asegurarnos que hayan tomado esta decisión con toda la información a su disposición y a la vez, contando con todas las pruebas preparadas.

El asesoramiento post juicio resultó necesario en la mayoría de los casos. Los clientes deben entender exactamente qué decidió el juzgado, cuáles son los derechos que se les reconocieron y cómo pueden poner en valor la resolución obtenida. Dicho de otro modo, deben saber qué hacer con la resolución recibida. En este sentido, les apoyamos y les ofrecemos el soporte jurídico para poner en ejecución las decisiones relativas a los menores: la redacción de las solicitudes de ejecución forzosa, la colaboración con el agente judicial, la representación en los juicios si deciden impugnar la ejecución.

Por desgracia, a lo largo del tiempo, fuimos testigos de las consecuencias de las agresiones verbales, físicas o psíquicas sobre nuestros clientes, tanto adultos como niños. Les representamos en los expedientes de emisión de las ordenes de alejamiento o de redacción de las denuncias penales contra los agresores.

Lo que nos causa especial alegría es que en los últimos 10 años pudimos observar un cambio mayor, no solo en la práctica judicial, sino especialmente en lo que se refiere a la actitud de los padres en lo que respecta a la implicación de los padres en la vida de los niños, cuando éstos son padres no custodios.

Si a los principios, los padres eran más bien los padres de fines de semana, pudiendo ver a sus niños los fines de semana, 2 veces al mes, en la actualidad logramos obtener regímenes de relaciones personales extensos que les permiten a los progenitores no custodios una implicación constante, activa y sostenida en la vida de los niños. Ellos pueden hablar con los niños a través de los medios modernos de comunicación a distancia – como la video llamada, pueden pasar con ellos la mitad de las vacaciones, pueden verles entresemana, pueden implicarse en la vida escolar o en las actividades extraescolares de los niños.

En algunas situaciones, nuestros clientes entendieron que eran necesarios esfuerzos a lo largo de varios años para crear, fortalecer o desarrollar la relación con los niños: aquí hablamos de las situaciones en las que la separación de los progenitores surge cuando el niño es muy pequeño y debemos solicitar, al principio, un régimen de visitas más restringido y luego, en la medida en que el niño se vaya haciendo más mayor y pase por varias etapas de su vida – escuela infantil, escuela, adolescencia, extender, con la ayuda de los tribunales, el régimen inicial.

Tuvimos que adaptarnos a la realidad de los últimos años y asistir a nuestros clientes en conflictos de derecho de la familia transnacionales, respectivamente en los en que al menos uno de los progenitores reside en el extranjero y quiere que la residencia de los menores sea fijada en su domicilio.

De la misma categoría de situaciones, empezamos a tener cada vez más expedientes de secuestro internacional de niños, asistiendo a los progenitores a interponer la demanda de restitución y hasta la puesta en ejecución de la resolución y la restitución efectiva del niño a su residencia habitual del extranjero.

Los últimos años nos enseñaron lo importante que es colaborar en los litigios de derecho de la familia con los especialistas de la materia, así como del papel que juega un psicólogo en la evaluación y asesoramiento de los padres, pero también de los niños, sobre todo en el procedimiento de ejecución forzosa de las sentencias relativas a las menores.

Fuimos testigos de unos cambios significativos de concepciones, de visión y de los motivos de divorcio. Hemos venido constatando que, si hace unos 7 – 8 años, los motivos principales de divorcio eran la violencia – bajo cualquier forma de esta – las relaciones extraconyugales o el consumo de alcohol, en la actualidad los cónyuges toman la decisión de terminar el matrimonio por el mero hecho de no estar bien en la relación de pareja y de familia o porque ya no son felices con su pareja y estas realidades debemos exponerlas ante el juzgado de modo que puedan probar que el vínculo matrimonial está grave e irremediablemente alterado.

Asimismo, nos dedicamos a la parte relacionada con la liquidación de la sociedad conyugal y a la partición de los bienes gananciales, que es otro problema delicado cuando una pareja se separa. Exponemos a nuestros clientes todas las variantes posibles de una partición – amistosa o judicial a partir del mismo momento en el que nos informan sobre su decisión de divorciarse y los asistimos durante los procedimientos hasta la finalización de los mismos.

Tenemos presente que para cada cliente su problema es el más importante, aunque se trate de un divorcio amistoso. El impacto emocional de los litigios de derecho de la familia es siempre más grande que en otros litigios y somos capaces de ofrecer a nuestros clientes todo el apoyo jurídico necesario durante estos procedimientos.

 

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